LA MAR, LAS NUBES Y LOS BARCOS

lunes, 30 de enero de 2012

EN LA MUERTE DE LEOPOLDO ROALES


  Por medio de algunos compañeros de Asociación, he tenido conocimiento de la muerte en Madrid, de LEOPOLDO ROALES “LEO”. Lamento profundamente su muerte, (como lamento la de todos los que mueren)  porque entre otras cosas es uno de los personajes de mi libro “MIRAR UN CUADRO Y ALGO MÁS” y tenía una “cierta” amistad con él, que se enfrió a raíz de que se diera de baja en nuestra Asociación de Artistas Alicantinos, para pasar a ser directivo de Espejo. Ese despegue es normal para mí y ocurre con todo el que se despega de la Asociación a la que estoy entregado.
  Y como quiera que esa noticia no puede ser recogida en el Blog Oficial de la Asociación, que solo esta al servicio de los socios actuales y no lo puede estar para los más de seiscientos que han pasado por la misma, de los que sería imposible seguir su trayectoria vital, la recojo en este mi blog y como homenaje cuelgo la semblanza que le hice cuando  en marzo del 2008 pasó como invitado por “MIRAN UN CUADRO”.
MIRAN UN CUADRO: LEOPOLDO ROALES
OBRA: “JOKER CONTRA JOKER”
      No es la primera vez que me enfrento al reto de hacer algo parecido a una semblanza de Leopoldo Roales, un madrileño afincado en Alicante desde no hace muchos años y al que capte para la Asociación hace unos dos, cuando lo traje en mi coche desde San Vicente a Alicante tras conocerlo en el estudio del pintor y socio nuestro, José Cerezo. Enseguida me di cuenta de que estaba ante alguien singular, por su “torpe aliño indumentario” del que en su autorretrato poético se vanagloriaba el poeta Antonio Machado. Es decir, Roales no iba vestido como el común de los mortales, pues entre otras cosas calzaba unas alpargatas un tanto “demodé” y lucia  la coleta de buhonero que aun le adorna.  Y en efecto, “Leo” –para los amigos- no es una persona corriente; del montón como solemos decir al hablar de alguien anodino y sin personalidad. El  tiene un curriculum tan extenso que me siento incapaz de comentar en toda su extensión, pero si diré que inicio estudios de Derecho en la Universidad “María Cristina” de San Lorenzo del Escorial, se Diplomo en Arte en la Escuela Oficial de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos, en la especialidad de esmalte sobre metales y curso algún tipo de estudios con los pintores López Mozos y Mendes Ruiz. Recibió algunos premios tales como el “Duque de Rivas” de la Fundación Ruiz Mateos, el “Villa del Escorial” y el Extraordinario de Esmaltes en la Escuela de la especialidad donde estudio. Tiene obra por España y parte del extranjero y alguno de sus cuadros cuelgan en algún Museo Provincial de Bellas Artes, como los de Murcia y Albacete. Exposiciones individuales y colectivas, ha realizado tantas, que serian necesarias un par de horas para relatarlas, pero baste decir que se prodiga con tanta frecuencia, que es casi imposible seguir su rastro expositivo a través de pueblos y ciudades. En fin una tarea que no me atrevo a emprender y que de nada me serviría su lectura en un papel porque “el papel lo aguanta todo”, si no fuera porque conozco su obra (he expuesto con él y he visto muchas de sus exposiciones) y considero que Roales es un artista en toda la extensión de la palabra, como podremos comprobar todos cuando descubramos la obra que hoy nos trae a MIRAR UN CUADRO y que titula “JOKER CONTRA JOKER”.
    Lo primero que tengo que decir de la pintura de Roales, es que me es imposible encuadrarla en alguno de los “istmos” conocidos porque los utiliza todos: Realismo, impresionismo, expresionismo, abstracción. Todos le sirven porque Roales no es simplemente un pintor, si no un pintor que piensa y utiliza la plástica para expresar sus ideas. Sus cuadros siempre tienen algún mensaje que el introduce de forma subrepticia y difícil de captar por el espectador no avisado. El deja  el  mensaje en el rincón más insospechado del laberinto de sus formas compositivas, para que lo recojan aquellos de sus espectadores capaces de encontrar la salida. Pero hasta que la encuentran van de aquí para allá y se inquietan con la trampa que les ha tendido el pintor. Unos no la encuentran nunca y gritan para que alguien les ayude a encontrarla, y otros acaban por encontrarla y sale por la puerta en la que el pintor le espera con la mas irónica  y enigmática de sus sonrisas. Intelectualmente ha estado jugando con nosotros, para hacernos pensar con el juego. Pero Roales no es tan cruel como para no darnos alguna pista que nos ayude a  salir del laberinto. Esta pista siempre suele estar en el titulo de sus cuadros. Hay que buscarla allí.
 Roales no es un gran dibujante, ni falta que le hace. El mancha y con sus  manchas enmascara el dibujo casi inexistente. Esto le da un aire de modernidad a sus pinceladas, que hacen de su carencia virtud que el aprovecha para llevar el agua a su molino. Esto le funciona y muy bien.
  Por razones que ignoro, Roales solo utiliza  para la realización de sus cuadros la técnica del acrílico. Su temática no es muy  variada y estar al servicio de la idea. En ella predomina la figura, Nunca le veremos ni un bodegón ni un paisaje puro, aunque pueda haber algún retazo de ello. Recrea a los grandes de la pintura y hace suyos a los personajes de aquellos, incrustándolos aquí o allá en sus cuadros, que compone con exuberancia un tanto barroca. Bebe en todas las fuentes que encuentra en su camino, pero al final  embotella  el agua con su marca, la registra y la hace suya. Esto lo hacemos todos desde el paleolítico; unos quedan como meros copistas y otros salen a flote como artistas originales. Y en verdad lo son todos aquellos que partiendo de otro, logran desembarazarse del “abrazo del oso” y seguir su propio camino. Roales lo consigue día a día y es ya un artista original en sus temas.
    De Roales podemos decir, si alguien más documentado no lo ha dicho, que es un maestro en las veladuras. Superpone colores  y los deja que asomen aquí y allá, con lo que logra algo que yo llamo la vibración astigmática del color. Utiliza blancos lechosos y con ellos armoniza el conjunto del cuadro y tengo que decir que inexplicablemente resulta. Luego contrasta con rojos puros, verdes un tanto quebrados, y el consabido amarillo-azul, con ello logra la “marca Roales”, que hacen identificables sus cuadros a siete leguas de distancia. Está claro que estamos ya ante un  pintor con estilo propio. Es decir, ante un autentico pintor y esto no se puede decir de muchos de nosotros.
  ¿Y como es el…? Preguntaba el amante robado de la canción de Perales. Yo creí saberlo en un principio de nuestro conocimiento mutuo y dije algo así como “que era una de esas personas inteligentes y llanas, que enseguida se te hacen familiares”. Creo que no me equivoque en el diagnostico, pero quizás simplifique un tanto. La personalidad de Roales tiene muchos recovecos. Su llaneza no es la del simple, es la del inteligente que allana el camino para que llegues a él. Luego te dice: “Has llegado ante mi porque yo te he allanado el camino, pero si me preguntas “¿a qué dedico el tiempo libre…? no te voy a contestar. Descúbrelo tú. Y en eso estamos. Tratando de saber algo del mundo interior de Roales, que él, intencionadamente esconde tras una sutil ironía a veces displicente con el  que  considera mediocre. Te suelta el ex abrupto y sonríe con la cara del inocente que nunca ha roto un plato. Y es que Roales de vuelta a la vida de prestado, también está de vuelta de todo, aunque por fortuna aun conserva su corazón original para sentir y en el cabemos todos los que estamos aquí: Sus amigos.
CARLOS BERMEJO
Alicante, 26 de Marzo de 2008