LA MAR, LAS NUBES Y LOS BARCOS

lunes, 14 de febrero de 2011

"DÍA DE LOS NENUFARES" 2010 EN MI JARDIN ROMÁNTICO

CARLOS Y "PALMERAL"-2009

          CRONICA DE  “PALMERAL” EN EL “DIA DE LOS NENUFARES”
El día de los nenúfares en Villa Elena, es un acontecimiento anual que no nos queremos perder, porque no estar es como existir, como no ser en el ser, no sé si me explico. La cuestión es que el 15 de mayo del 2010, el mes de la Cruz, amaneció astuto, así astuto porque si digo que fue maravilloso o espléndido no sería poético. Y la poesía, ese arte del sentir no puede faltar en un día rápido (porque se nos pasó el día volando), en un día tan señalado.
Cuando uno ha ido a Villa Elena, en El Pinet de San Vicente, y ha entrado en los jardines “árabes” como dijo Carlos en su alocución de agradecimiento, ya no tiene que ir al paraíso terrenal porque el paraíso está aquí. El sol rebotaba sobre el agua, las fuentes salían de sus grutas y los nenúfanes eran islas flotando como barcos de vela latina sobre el verde cinabrio de las hojas acuáticas y redondas, y de vez en cuando alguna rana señalaba su presencia con su croar familiar, era la “Reniana”, una rana de ojos saltones que nos conoce y se pone muy contenta al vernos.

Entre las pérgolas, las fuentes, las esculturas quietas estaban los pintores con su luz en las paletas dándole brochazos sabios a los lienzos, todos aplicados, atentos, deslumbrados por un sol que rayaba los cristales del agua, y los reflejos guiñaban a los fotógrafos robando el instante, el momento, la sonrisa de una flor.

Cuando nosotros llegamos (Pepi, Julia y yo), los artista ya llevaban horas en el tajo, aplicados en el soltar materia, nos recibió Carlos, Loli, Elena y los amigos con gran cordialidad y afecto, el mismo que nosotros les tenemos, esto debe ser recíproco porque de lo contrario no funcionaría la cordialidad. Nos sentamos a sombra de los pinos de copas altas, "verde que te quiero verde" para charlar en la postura de los budistas, con tranquila meditación. Cuando más a gusto estábamos en la charla oímos la voz de mando de Carlos, era la hora de la fajina (hora en que la tropa se retira a comer), y nos sentamos en una largas e interminables mesas, cerca de unas 120 personas.
Las mesas se fueron cubriendo de un tapiz comestible de jamón, queso, langostinos, morcón, salchichón y salchichón rojo (por no decir chorizo), empanadas, bebidas de todo tipo y lo más importante alegría y buen conversación en compañía, porque comer es compartir y así lo entiendo yo.

Luego llegó el momento más peligroso de lidiar: las fuentes de dulces y es que, esta año se pasaron, cada mujer llevó el resultado de sus pruebas de repostería, muestra de sus habilidades con el horno, y los famosos lacitos de Loli. En fin, que entre un bizcocho de aquí y otro de allí, unos rebozados con chocolates y delicias de todas clases y la mistela, llegó la hora esperada de la rifa de arte, aportaciones de los mejor de cada firma. Hubo para todos y todos contentos.

Después salieron músicos, cuentachistes, cantantes, y la tarde se marchaba entre nuestras manos como un puñado de arena. Lástima, pues había que venirse, a pesar de que allí continuaba la fiesta. Al salir, y pasar por el estanque, la “Reniana” se despidió con un croar lastimero y los nenúfares agrupados en coros nos dijeron un adiós con sus manitas blancas y sus gotitas de lágrimas en los pétalos.

En fin, en nombre de todos y en el mío propio, un año más te agradecemos, Carlos y familia, el esfuerzo realizado, el amor que pones y el interés por hacer piña, familia, que es lo que somos en esta Asociación de Artista Alicantinos.

Carlos y familia, enhorabuena y hasta el año que viene.
RAMON FERNANDEZ “PALMERAL”
Alicante, 15 de Mayo de 2010.

jueves, 3 de febrero de 2011

ESCRITO DE "PALMERAL" CON MOTIVO DE LA PRESENTACIÓN DE MI LIBRO

  El 5 de Marzo de 2009 -ahora va a hacer dos años- presenté en la Asociación mi libro "MIRAR UN CUADRO Y ALGO MÁS". Con ese motivo, mi querido amigo RAMÓN FERNÁNDEZ "PALMERAL", escribió y colgó en su blog, una reseña sobre el acto, que dos años despues me he econtrado en un rincón de la memoria del disco duro de mi PC que, afortunadamente, es mejor que la mia. Al leerla de nuevo, he decidido colgarla en mi blog, por dos razones: la primera porque es una pieza literaria de excelente calidad y la segunda, porque personalmente toca mis  fibras mas sensibles y entre ellas las de mi agradecimiento a quien valora a mi y a mi obra por encima de lo que creo merecer. ¡GRACIAS RAMÓN!


Presentación de “Mirar un cuadro y algo más” de Carlos Bermejo
 
Presentación de “Mirar un cuadro y algo más” de Carlos Bermejo

LA MESA VERDE

¿Cómo poder empezar esta crónicas después del subidón de adrenalina de ayer tarde? Sobre todo para mí que llevo 4 meses sin salir de casa. ¿Cómo expresar los sentimientos de emoción cuando se vuelve a ver a los compañeros del pincel con su imperceptible olor a aguarrás, cuando cerca de 100 personas aplauden a rabiar cuando finaliza la presentación del libro de Carlos Bermejo?

Todo libro es una obra de arte desde que se piensa, se escribe, se diseña y se edita, sería lo que se llama arte-constructivista. Por ello “Mirar un cuadro y algo más” de Carlos Bermejo es mucho más que una presentación y un lugar más en nuestra biblioteca de arte, porque este libro habla de nosotros y ello nos dará prestigio y enriquecimiento del currículum, pero es algo más emocinante, viene a ocupar un lugar en nuestros corazones. Presentar un libro es como asistir a un parto, nace un libro, nace una vida larga, un pensamiento, el pensamiento de Carlos artista y crítico. Es el resultado de trabajar y plantar la semilla, luego va creciendo y consolidándose hasta tomar cuerpo con alma, no de papel, sino de papel con alma propia. A partir de ahí, ya tiene que vivir su propia vida, persistir en el recuerdo de aquellos que hemos asistido a este glorioso e histórico momento en este reducido mundillo de la pintura alicantina.

Me estoy refiriendo al libro sobre arte alicantino de Carlos Bermejo, presentado en la tarde de ayer 5 de mazo, a las 20 horas en la Sala Maisonnave 33 (Alicante), sede la Asociación de Artistas Alicantinos. Carlos fue presentador por Juan Antonio Poblador, presidente de la Asociación de Artistas que hizo una muy acertada semblanza de Carlos, como amigo, secretario y dinamizador de los talleres en la Asociación. Grata alegría ver la sala Maisonnave completamente llena, esperando con avidez de lince la presentación del libro y ver la portada misteriosa que nos tenía reservada y en ascuas. Por allí estaban casi todo los pintores nombrados en el libro, a excepción del que nos dijo adiós para siempre como Paulino Tébar, para quien el orador tuvo un cariñoso recuerdo, representado por su viuda, la también pintora Pepi Roca.

Primero, quiero hacer una reseña brevísima, para quien no conozca que Carlos Bermejo, es un consuma pintor neo-romántico, especialista en marinas, murciano-alicantino, afincando en Alicante, que además de pintar, ejerce la crítica artística y una encomiable labor de Secretario y Coordinador de talleres de la Asociación de Artistas Alicantinos. En este libro que, presentó ayer, vemos un señalado regalo del que debemos estar orgullosos, donde Carlos, con sus crónicas siempre amenas y personales, con sus investigaciones, con sus esfuerzos, que los hay, con sus visitas a los estudios de los pintores, sus horas quitadas al sueño, en pro del arte, demuestra un altruismo por el arte, y vemos su fondo de buena persona, aunque nadie duda que tiene su carácter, porque organizar para que las cosas salgan bien, se ha de tener unas dotes de mando que él ya tiene demostrados, como el valor, a lo largo de su vida profesional.

A este libro ”Mirar un cuadro y algo más”, es el resultado de varios años de arduo trabajo, dos años, desde que empezara la nueva andadura de la Asociación en Maisonnave 33, en octubre de 2006. Donde ha invitado a 32 artistas asociados a su tribuna, a la palestra de su cátedra, a la mesa verde, donde tanto él como el artista invitado hemos tenido ocasión de poner a la vista nuestro arte, encender la hoguera de las vanidades y someternos a la confesión y a la crítica directa del público, lo cual ha supuesto un saludable ejercicio de higiene y salud artística.

Hemos acudido a su llamada artistas de varias disciplinas, ha escrito la crónica, nos ha presentado en su mesa verde y, luego, con acierto, generosidad y buen hacer nos trae ahora este libro con pastas azules con el retrato con gorra de marinero en tierra que le pintó Pepe Zapata, porque azul es su color de mares y de sus sueños; sin embargo, este libro suyo, porque ha costeado él, también es nuestro, de los pintores que aparecemos en el libro y de cuentos han participado en él son fotos, entrevistas y reseñas críticas. “Mirar un cuadro, contiene 128 página a todo color, editado magníficamente en la imprenta “STAMPA” de José Eduardo Pardo, nuestro socio artistas e impresor. Es un libro, dedicado a Loli, su mujer, compañera y escudera, con una introducción donde expone del porqué de este libro y su forma de pensar, y donde se demuestra su gran capacidad de observador, donde nada pasa nada. Se centra con las 32 prestaciones bajo el epígrafe “Mirar un cuadro”, y se cierra con la entrevista que le concedió a la revista PERITO (Literario-Artístico), nº 27 y última, más dos reseñas del abogado y crítico Luis Barcala Sierra.

Carlos, desde la mesa verde, desde su tribuna, supo dar las gracias a su mujer y a sus cuatro hijas allí presentes y sus nietas, que le arroparon, pero sin necesidad ya que Carlos está en su casa y se le nota que está sobrado. Y es muy de señalar que dijo que los antiguos socios somos más que espectadores o amigos, sino que pertenecemos a esa clase privilegiada de afecto sentimental que se llama familia.

Muy bueno tu libro, Carlos, gracias por tu generosidad, por la tarde que nos hiciste pasar, y traernos un aire de inmortalidad, porque los libros como las obras de arte, sin ser eternos, porque eterno no hay anda en este mundo, sí nos aporta un granito de gloria, de añorada eternidad, tan necesaria para los egos avariciosos de los artistas, siempre débiles, siempre dubitativos que vivimos en ese deseo permanente de gloria y reconocimiento, quizás engañoso, de perdurar en la memoria de los que nos siguen. Sí, Carlos, estoy seguro que este libro tuyo será una gran aportación a la historia de la pintura alicantina, una contribución a la Cultura que no es más que una forma de mejorar la ideal de hombre y mejorar la sociedad en la que vive para hacerla más llevadera. Sin duda alguna este libro te hará un lugar entre los críticos de arte, aunque no sea tu pretensión (sé lo que estás pensado, tu modestia es sabida), y tu nombre perdurará en el tiempo y en la memoria de nosotros como una flecha siempre en vuelo que sale de su arco pero que llega a la diana.

Un libro de calidad que, sin duda, será referente para los pintores de esta Asociación y aportación al gran mundillo de la pintura alicantina. Los libros, como las otras de arte, perduran en el tiempo, son los mejores embajadores para que el futuro hablen de su autor y de nosotros, los retratados en él.

El existo de este libro está asegurado, y sus difusión es doble ya que las reseñas aparecieron en su día en varias revistas digitales en Internet, donde se pueden consultar.
No basta con un caluroso y largo aplauso final, todo libro como un hijo que nace al mundo necesita un bautizo, y esperamos poder hacerte una comida homenaje.

Gracias otra vez por tus denodados esfuerzos, tesón, desvelos, perseverancia y generosidad, y esos tarde en la mesa verde.

Ramón Fernández "Palmeral", socio reseñado en el libro.






AGRADECIMIENTO

   Agradezco de todo corazón a todos los que asistieron anoche en nuestra sede,  a la presentación de mi libro “MIRAR UN CUADRO Y ALGO MÁS”, que se sobrepusieran a lo desapacible de la noche y estuvieran acompañándome en un acto de tanta trascendencia  espiritual para mí. También agradezco a Juan Antonio Poblador, nuestro Presidente, las palabras   de halago hacia mi persona y a mi condición de escritor. Igualmente agradezco a los verdaderos protagonistas del libro, “mis personajes”, que vinieron “en busca de su autor” y como en la obra de Pirandello, se sentaron entre el público asistente para aplaudirme, porque ellos si tenían vida propia antes de que yo, el autor, la relatara.
  Muchas gracias a todos, asistentes y ausentes y a los que compraron o compraran mi libro y piensa leerlo, porque esto y no lo otro, es lo que a mi más me importa.
   Carlos Bermejo